¿Cuáles son las causas de la ira?

En cualquier parte del mundo los incendios inesperados pueden iniciar y alimentarse por medio de alguna de estas cuatro fuentes: petróleo, gas, lava abrasadora o metano. De manera similar, la ira puede comenzar y avivarse por alguna de las siguientes cuatro fuentes:

1. Dolor: Cuando se nos rechaza o se nos hiere, estallamos en ira, la cual es como un muro protector que impide el paso a las personas y evita más heridas.

2. Injusticia: Todos tenemos un código moral interno que establece el sentido de lo que es correcto y justo y lo que no. Cuando percibimos que se ha cometido una injusticia, sea en contra nuestra o de los demás, nos enojamos. Si nos aferramos a la ofensa, la ira sin resolver crecerá y se anidará en nuestro corazón

3. Temor: Cuando nos preocupamos, nos vemos amenazados o nos enojamos por el cambio de las circunstancias, estamos respondiendo al temor. Un corazón amedrentado desconfía del plan perfecto de Dios para su vida.

4. Frustración: Cuando nuestros esfuerzos personales no cumplen con nuestras expectativas o de los demás, se ve amenazada nuestra necesidad de sentirnos importantes. La frustración resultante por fallar al cumplir nuestras expectativas es una de las principales razones para sentir enojo.

Con esas raíces, la ira es un efecto a una o más de ellas. Es muy doloroso tratar de analizar y desenterrar los sentimientos pasados. Por lo tanto, parece más fácil seguir enojados que encontrar la verdadera causa del enojo. Debemos ser pacientes porque:
“…Una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada.”. Santiago 1:4 (NTV)

Conforme aprenda a actuar en vez de reaccionar y le permita a Dios usar su ira para lograr sus propósitos divinos, estará mejor preparado para ofrecer esperanza de cambio para los demás. En www.SuConsejo.com encontrará una herramienta para prepararse y tener respuestas bíblicas a quienes viven en la esclavitud del enojo y que acuden a usted buscando ayuda y esperanza.