Sección I
Sección II
Referencias bíblicas: El texto bíblico sin otra indicación ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente NTV.
El legalismo
- El legalismo es un sistema de vivir por la ley para poder progresar espiritualmente y ganar la bendición de Dios.
- Es apegarse estrictamente a una lista de “hagas y no hagas” como medio para obtener la aprobación de Dios.
- El legalismo es el mal uso y abuso de la ley para aparentar ser una persona correcta aunque actúe de manera incorrecta.
- Es cualquier intento de ganarse o mantener el favor de Dios por medio del esfuerzo humano.
El legalismo es confiar en “la carne”, lo cual significa vivir por esfuerzo propio y confiar en nuestros logros personales cumpliendo una norma auto impuesta de justicia que nos hace ser arrogantes y despreciar a los demás.
Sin embargo, sólo Dios puede juzgar nuestras motivaciones. Solamente él conoce el corazón de cada persona.
Proverbios 16:2
“La gente puede considerarse pura según su propia opinión, pero el Señor examina sus intenciones”.
Observe como en esas definiciones sobresalen estas palabras “ganar y obtener la bendición de Dios”, “confiar en mí mismo”.
¿Cuánto de nuestra vida cristiana tiene impregnada la esencia del legalismo?
¿Cuánto de este legalismo nos convierte en abusadores espirituales?
La ley y la gracia de Dios
Por siglos, la gente ha discutido y debatido acerca de la ley que recibieron los israelitas por medio de Moisés. Aunque su significado parezca muy claro y sin complicaciones para las personas comunes y corrientes, los líderes religiosos hebreos la escudriñaban día y noche para buscar significados secretos y ocultos con el objeto de debatir entre ellos.
Los estudiosos de la ley escudriñaban la ley de Dios igual que un abogado examina la ley civil.
Pensaban que era algo que ellos podían interpretar y aplicar a su antojo, en vez de ser para ellos una palabra que simplemente se debe obedecer. La consideraban complicada y le añadieron “enmiendas” para “simplificarla” y explicarla a la gente común. En ese intento, la distorsionaron y la torcieron al punto de que ésta llegó a ser irreconocible para su mismo autor y se constituyó en una piedra de tropiezo que impedía encontrar la salvación a quienes deseaban cumplirla.
Los cristianos del primer siglo se enfrentaron a opiniones contradictorias y a críticas por enseñar que Jesús había venido a librarlos de las demandas de la ley.
Sus contendientes caían en tres categorías básicas y aún hoy los cristianos continúan enfrentando los mismos errores de interpretación cuando tratan de decidir qué hacer con la ley. Veamos cuales son.
Errores de interpretación de la ley
- El Galacianismo es querer mezclar la ley y la gracia enseñando que la gracia es para la salvación, pero la ley rige el diario vivir. Es hacer buenas obras para alcanzar la perfección o ser santos para mantener lo que Cristo hizo posible por su muerte y resurrección. Esta enseñanza produce una iglesia local llena de estrés que ve a Dios como un padre criticón de quien debe ganarse el amor y la aceptación.
Gálatas 3:2-3
“¿Recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo. ¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado su nueva vida en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos?”
- El Ceremonialismo mezcla los rituales y la gracia, enseñando que no es suficiente la gracia por sí sola, sino que debe ir acompañada de algo más (bautismo, sacramentos, etc.) Eso produce una iglesia llena de presión que busca hacer suficientes buenas obras para ganarse y retener la aprobación de Dios.
Usted puede leer Hechos 15:1.
- El Antinomianismo de los vocablos griegos anti, que significa “contra” y nomos que significa “ley,” es decir, “contra la ley”.
Esta doctrina enseña que ya que somos salvos por gracia no importa como vivamos o que conducta tengamos. Por tanto, se rechaza cualquier regla de vida para agradar a Dios.
Esto produce una iglesia local llena de anarquía que confunde la libertad en Cristo con libertinaje y retiene a sus miembros en la esclavitud de sus deseos pecaminosos y carnales y en constante conflicto con la palabra de Dios.
Judas 1:4
“Les digo esto, porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral. La condena de tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor”.
La Biblia y la ley para los cristianos
Bajo el Nuevo Pacto, tenemos la ley interna, que no es la ley de Moisés, sino la ley personal del Señor Jesús en cada uno de nosotros.
Romanos 2:14-15
“Aun los gentiles, quienes no cuentan con la ley escrita de Dios, muestran que conocen esa ley cuando, por instinto, la obedecen aunque nunca la hayan oído. Ellos demuestran que tienen la ley de Dios escrita en el corazón, porque su propia conciencia y sus propios pensamientos o los acusan o bien les indican que están haciendo lo correcto”.
Con esto en mente entendamos lo siguiente:
- El propósito de la ley es mostrar que necesitamos estar bien con Dios, en cambio la gracia que estamos bien con El.
- En cuanto a los términos de la ley es marcar nuestra responsabilidad, mientras que la gracia nos dice “tranquilo… es un regalo de Dios”.
- La motivación de la ley es temor, castigo o recompensa; en cambio la de la gracia es el amor.
- El enfoque de la ley es la esclavitud, la obligación, en cambio en la gracia es la libertad, el disfrute.
- En cuanto a los resultados, la ley resulta en temor, rechazo y condena; mientras que la gracia produce perdón, aceptación y reconciliación.
- La ley hace énfasis en las obras del hombre, mientras que la gracia se enfoca en la obra de Dios.
- La ley vive con base en la carne, en los recursos humanos; pero la gracia vive con base en el Espíritu y los recursos de Dios.
- La ley trata con las leyes, las reglas y las normas externas; la gracia trata con la actitud interna del corazón.
- En cuanto a la relación entre el hacer y el ser, la ley dice “haz para ser”; mientras que la gracia dice «Sé para hacer».
- En el principio para operar la ley enfatiza el «esforzarse y trabajar más»; la gracia opera bajo el principio de «recibe, confía y descansa».
- La ley se basa en los logros, la gracia se basa en recibir.
La esclavitud del legalismo abruma, la gracia es liberadora.
¿Es mala la ley?
No. La ley es la revelación del perfecto estándar de Dios respecto a la justicia. La Biblia dice:
Romanos 7:12 (RVR 1960)
“De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno”.
Según la Biblia, ¿fue abolida la ley?
No, Jesús no la abolió. Él la cumplió. Eso significa que la norma todavía existe, pero el método para alcanzarla ha cambiado del esfuerzo personal al poder del Espíritu, de las obras a la gracia.
Mateo 5:17 (RVR 1960)
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”.
¿Qué significa que “Jesús cumplió la ley”’?
La ley era un pacto, un acuerdo, un contrato. Así como un constructor trabaja bajo un contrato para construir una casa, una vez que la termina, el contrato se cumple. El constructor no continúa trabajando en ella. Asimismo, Jesús cumplió con los requerimientos del contrato (la ley) por medio de sus enseñanzas y sus hechos. Él logró lo que nadie nunca había logrado por mérito propio. Luego, quien cumplió toda la ley fue sacrificado por nosotros, los que quebrantamos la ley.
Romanos 10:4 (RVR 1960)
“Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”.
Sección III
El Legalismo
- ¿Cómo puede una persona legalista convertirse en un abusador espiritual?
- Lea la siguiente frase y explique lo que entiende de ella:
“La ley trata con las leyes, las reglas y las normas externas; la gracia trata con la actitud interna del corazón”.