Sección I
Sección II
Causas de la codependencia I
¿Se ha preguntado alguna vez qué hace que las personas tengan relaciones destructivas y codependientes?
A menudo tuvieron una niñez llena de heridas, o un dolor pasado y profundo que afecta sus decisiones en la edad adulta. En realidad, los codependientes son adultos que no crecieron.
Su área emocional quedó bloqueada. Físicamente es maduro, y emocionalmente inmaduro. Esto no es algo consiente, la persona no se da cuenta ni ve que exista un problema.
La Biblia se refiere a la gente inmadura utilizando una analogía, acompáñeme a leer
Hebreos 5:12-13 (NTV)
“Hace tanto que son creyentes que ya deberían estar enseñando a otros. En cambio, necesitan que alguien vuelva a enseñarles las cosas básicas de la palabra de Dios. Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer alimento sólido. Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y no sabe cómo hacer lo correcto”.
¿Por qué los niños se hacen codependientes?
Según los especialistas, todos los niños pasan por cinco etapas naturales al ir creciendo en madurez hacia la edad adulta.
Dios diseñó a la familia para que sea el lugar donde los pequeños tengan la estructura necesaria para su desarrollo normal en cada una de esas etapas.
Si los niños no progresan de manera satisfactoria de una etapa a otra, su desarrollo quedará estancado en esa etapa y cuando sean adultos serán emocionalmente inmaduros. Su cuerpo será el de un adulto, pero su desarrollo emocional será todavía como el de un niño. Por tanto, se sentirá atraído hacia relaciones de codependencia y necesidad.
El Señor Jesús estaba interesado en la protección de los niños, por lo que dio una advertencia general e importante para los adultos:
Mateo 18:6 (NTV)
“Pero si hacen que uno de estos pequeños que confía en mí caiga en pecado, sería mejor para ustedes que se aten una gran piedra de molino alrededor del cuello y se ahoguen en las profundidades del mar”.
Las cinco etapas del desarrollo infantil
- Etapa de indefensión
Los bebés necesitan desarrollar un lazo de unión con sus padres porque son indefensos y dependen totalmente de ellos para satisfacer todas sus necesidades básicas, incluyendo las tres necesidades internas de amor, reconocimiento y seguridad. Si nuestros padres no llenaron esas necesidades, podemos convertirnos en adultos incompletos, sintiéndonos “vacíos” por dentro, como si tuviéramos un vacío en el corazón.
- Etapa de separación
Aquí los niños preescolares necesitan empezar a separarse de sus padres para explorar su ambiente y reconocer sus límites. Si los padres no permiten que sus hijos ganen cierta independencia, quizás lleguen a la edad madura manipulando a los demás para obtener un sentido de control sobre las cosas.
- Etapa del conflicto
Los niños necesitan aprender maneras correctas de resolver conflictos cuando comienzan a poner a prueba las reglas que sus padres les imponen.
Si ellos no adquieren habilidades saludables para resolver conflictos, cuando sean adultos carecerán de la habilidad de resolver problemas en sus relaciones con otros adultos.
- Etapa de la independencia
Los preadolescentes necesitan ser más independientes, pero todavía necesitan la dirección y el apoyo de sus padres. Si los padres obstaculizan su confianza en sí mismo, el niño se convertirá en un adulto lleno de necesidades e inseguridad y dependerá de los demás para que lo reafirmen.
- La etapa de compartir
Los adolescentes tienen la necesidad de aprender el arte de dar, recibir y comprender, de parte de sus padres, lo que significa dar sacrificialmente en esta etapa que es cuando comienzan a involucrarse con diferentes grupos sociales. Si no ven un saludable dar y recibir de parte de sus padres o no saben cómo es la ayuda sacrificial a los demás, se convierten en adultos centrados en sí mismos que buscan relaciones desequilibradas para compensar su falta de reconocimiento en la vida.
Los niños que crecen con necesidades emocionales no satisfechas y que no aprenden las habilidades necesarias para tener relaciones interpersonales saludables con otros adultos, jamás aprenderán la independencia saludable.
Les costará trabajo hablar la verdad, pedir lo que quieren y establecer límites saludables. Se convertirán en adultos codependientes y adictos a relaciones enfermizas porque nunca aprendieron a hacerlo.
En realidad estarán tratando desesperadamente de terminar lo que se inició en su infancia:
¡Crecer!
La dependencia que no es enfermiza
Recuerde mientras nosotros como padres no superemos nuestra propia codependencia es imposible ayudar o transmitir algo diferente a los hijos.
Me gustaría sugerirle algunas ideas para motivar a sus hijos. Por la gracia de Dios mi esposa y yo tenemos 2 hijos ya adultos, cada uno es diferente y lamentablemente se criaron con serios conflictos de codependencia, porque nosotros como padres éramos codependientes.
Esto trajo muchos momentos tensos y difíciles, hasta que pudimos hacer nuestro propio proceso para recién poder ayudarles a ellos a superar sus crisis.
- Le animo a enseñar a sus hijos a orar por sus decisiones y necesidades y a que dependan de la dirección de Dios. Cuando son niños su mente es crédula.
Recuerdo que querían una bicicleta y no podíamos comprarles, ellos oraron y al poco tiempo sus abuelos vinieron con la bicicleta. Ellos no pensaron en el abuelo sino en Dios dándoles la bicicleta.
- Enséñeles desde temprana edad a tomar sus propias decisiones. Por ejemplo, permítales que elijan entre dos o tres opciones de ropa.
- Felicítelos cuando tomen buenas decisiones, ellos querrán repetir aquellas acciones que sean dignas de su alabanza. Esto es muy importante, porque como padres generalmente desanimamos a los hijos marcando lo que hicieron mal sin afirmar las cosas buenas.
- Permítales experimentar las consecuencias de tomar malas decisiones. Algunas de las lecciones más importantes de la vida se aprenden en medio de los conflictos.
- Anímelos a desarrollar amistades con otros niños para que aprendan a dar y recibir en las relaciones interpersonales.
- Enséñeles a cuidar sus cosas, a tener rutinas diarias de quehaceres en el hogar y a preparar alimentos.
- Identifique las fortalezas de sus hijos y encuentre maneras en las que puedan tener éxito al desarrollarlas.
Proverbios 22:6 (NTV)
“Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán”.
Dios quiere que crezcamos. Por diseño divino todos podemos cambiar y crecer en madurez.
Podemos tener relaciones maduras. Por el poder de Dios también podemos restaurar lo que se ha dañado o destruido. Si algo está dañado, puede repararse.
Pida al Señor que transforme su mente con la verdad de Su Palabra.
Salmos 1:3 (RVR 1960)
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
“En una relación de padre a hijo, ¿cuál es la diferencia entre unidad y una maraña enfermiza?”
- La unidad saludable se da cuando los padres se relacionan con sus hijos de manera que entienden que son instrumentos en manos de Dios para llenar sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. En una relación saludable la crianza fluye de manera natural de padre a hijo, lo cual deja a ambos satisfechos emocionalmente y con la sensación de estar completos.
La maraña enfermiza sucede cuando los padres necesitan una vinculación excesiva con sus hijos para llenar sus propias necesidades emocionales. Cuando hay una relación enfermiza, la crianza fluye de manera enfermiza del hijo al padre, lo cual hace sentir al hijo emocionalmente agotado y vacío.
2 Corintios 12:14 (RVR 1960)
“No deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos”.
Sección III
Causas I
- Siguiendo la pregunta inicial del instructor en el capítulo 3, ¿qué ha hecho usted para contribuir a tener relaciones destructivas y codependientes?
- Describa como fueron sus etapas en el desarrollo infantil dentro de su familia.