Identidad Capítulo 4: Encuentre su Verdadera Identidad

Sección I

Sección II

Pasos de solución: encuentre su verdadera identidad

Reemplace las falsas creencias
Estudie y evalúe las siguientes creencias falsas. Mientras lo hace haga del siguiente versículo una oración para usted.

Efesios 1:18 (NTV)
“Pido que les inunde de luz el corazón, para que puedan entender la esperanza segura que él ha dado a los que llamó —es decir, su pueblo santo—, quienes son su rica y gloriosa herencia”.

 

Un hijo adoptado

Creencia falsa: “No soy de valor, por eso me abandonaron”.

Creencia correcta: “Dios se interesa por mí y además me adoptó para ser su hijo, por lo tanto él nunca me abandonará”.

Efesios 1:5 (NTV)
“Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo”.

 

Un hijo que ha sufrido el divorcio de sus padres

Creencia falsa: “Seguramente mis padres se divorciaron por mi culpa”.

Creencia correcta: No soy responsable de las acciones de los demás. Cada persona es responsable delante de Dios.

Romanos 14:12 (NTV)
“Es cierto, cada uno de nosotros tendrá que responder por sí mismo ante Dios”.

 

Un hijo de un parto múltiple (gemelos, trillizos)

Creencia falsa: “soy uno más”.

Creencia correcta: Soy una creación singular de Dios. Él me conocía aun antes de haber nacido.

Salmos 139:13-14 (NTV)
“Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.  ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!  Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien”.

 

Una persona que es huérfana

Creencia falsa: “Nunca he tenido un padre verdadero que me amara y me cuidara”.

Creencia correcta: Dios es mi ayudador, defensor y animador. Él es Padre de huérfanos.

Salmos 10:17-18 (NTV)
“Señor, tú conoces las esperanzas de los indefensos; ciertamente escucharás sus clamores y los consolarás.  Harás justicia a los huérfanos y a los oprimidos,  para que ya no los aterre un simple mortal”.

 

Un hijo que nació en la pobreza

Creencia falsa: “Fue injusto haber nacido con tanta miseria”.

Creencia correcta: Dios no se ha olvidado de mí, pues él defiende la causa del necesitado.

Salmos 140:12 (RVR 1960)
“Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, y el derecho de los necesitados”.

Aceptado, no más rechazado

Estoy cansada de sentirme rechazada toda mi vida. Realmente no siento el amor de mis padres. Aunque piense que Dios me ama, sigo sintiéndome como alguien insignificante, ni siquiera puedo aceptarme a mí misma. No sé qué hacer.

Muchas personas tienen como un disco mental rayado que repite una y otra vez. “Si tan solo…me hubiera destacado en los deportes…o si hubiera sido como mi hermano…o nacido antes…o no haber nacido”. Usted puede poner sus propias frases ahí.

Si pudiéramos escuchar las grabaciones de nuestras experiencias infantiles más tempranas, podríamos ver la causa de que estemos atados emocionalmente a esa única frase.

El niño que siempre escucha: “No sirves para nada”, no siente que vale mucho. El que escucha: “Desearía que no hubieras nacido”, se esforzará toda la vida por destacarse, tratando de obtener su importancia y obtener aceptación. Pero tal vez el sonsonete que más daño hace es el que dice: “Si no hubiera sido por ti, hubiera sido feliz”. Este entristece a cualquier persona a cualquier edad.

El Dr. Charles Stanley dice que valoramos más la aceptación de nuestros padres que la de cualquier otra persona. Y cita a hombres de negocios que aunque andan en los 40, 50 o hasta 60 años, siguen buscando la aceptación y aprobación de su padre aunque ya esté muerto.

El niñito que hay en su interior sigue clamando: “debo hacer que mi padre me acepte”.

Sin duda los padres cometen errores, pero a los ojos de Dios usted no es un error. Por ser hijo de Dios, siempre es aceptado delante de él. Él dice “No te desampararé, ni te dejaré”. (Hebreos 13:5 RVR 1960)

Jesucristo entiende sus sentimientos de rechazo más profundos. Él experimento lo mismo de su propia familia. “A los suyo vino, y los suyos no le recibieron”. (Juan 1:11 RVR 1960)
Por tanto, ¿quién mejor que el Señor puede entender su necesidad?

Él no lo ama y lo acepta “porque usted…” Él lo ama y lo acepta y ¡punto! Cuando usted sabe que es “acepto en el Amado”, ahora puede decir con plena seguridad lo que dice la canción:

“Cristo me ama, bien lo sé. Su Palabra dice así”.

Lea el siguiente versículo:

Efesios 1:6   (RVR 1960)

“Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.

Ahora, expréselo en sus propias palabras (Adaptado de Efesios 1:6 RVR 1960)

“Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual me hizo acepto(a) en el Amado”.

 

Sección III

Reemplace el sistema falso de creencias del pasado

  1. ¿Qué mentiras ha creído y aceptado usted en su vida que no lo han dejado volar alto como el águila?
  2. ¿Si aplicara la historia del poema del águila con la vida humana, qué cree que encontraría en común y por qué?

Los archivos adjuntos1

Diseñado por Agencia Zero