Ira Capítulo 2: Características de la Ira

Sección I

Sección II

Referencias bíblicas: Citas bíblicas tomadas de la Reina-Valera 1960.

Características de la ira

Si un extraño nos traiciona, podemos sentirnos mal, pero cuando un amigo lo hace, nos hiere hasta lo más profundo del alma. Todo mundo espera tener oposición de sus enemigos, pero ¿qué sucede cuando proviene de un amigo o alguien muy cercano?

Un líder nacional supo lo que era esto. Actuó con sabiduría, demostró mucho valor y se ganó la confianza del pueblo. Sin embargo, otro líder socavó su autoridad y creó tal disensión que 250 de sus subalternos le dieron la espalda. Pero Moisés no buscó venganza, sino que llevó el asunto al Señor.

Números 16:15 “Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda. . . a ninguno de ellos he hecho mal”.

Moisés había aprendido a actuar en vez de reaccionar: Contuvo su ira, derramó su corazón a Dios y le rogó que tratara con sus ofensores. Dios defendió su causa, destruyó a los traidores y protegió el honor de su siervo. Moisés confió en lo que Dios dice;

Deuteronomio 32:35 “Mía es la venganza y la retribución”.

 

¿Cuáles son las señales del enojo?

El cuerpo humano tiene reacciones físicas cuando nos enojamos, esas son “señales” de alerta. Si aprendemos a reconocerlas nos evitaremos problemas. También podemos detectar esas señales en los demás, y defendernos si fuera necesario. Una señal es la pérdida de apetito:

1 Samuel 20:34 “Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado”.

Para identificar las señales de su enojo responda las siguientes preguntas:

  • ¿Se le va el hambre?
  • ¿Sus músculos están tensos?
  • ¿Tiene frío o calor inusual?
  • ¿Está respirando con agitación?
  • ¿Ha optado por guardar silencio?
  • ¿Se siente sonrojado?
  • ¿Está hablando fuerte o con un tono de voz elevado?
  • ¿Sus puños están tensos?
  • ¿Siente dolor de estómago o que está revuelto?
  • ¿Siente agitación en el corazón?
  • ¿Rechina los dientes?
  • ¿Usa palabras inapropiadas?
  • ¿Siente sobresalto o ansiedad?
  • ¿Se le seca la boca?
  • ¿Camina rápido o va de un lado a otro?

Una vez que identifica las señales del enojo puede invertir su energía para producir un resultado positivo.

 

¿Actúa o reacciona cuando está enojado?

¿La razón o las emociones controlan la situación? ¿Permite que la mente de Cristo determine la mejor manera de actuar, lo cual conduce a una acción apropiada, o tiene una reacción impulsiva que lo lleva a una acción inapropiada?

Si nunca antes ha evaluado lo que sucede cuando se enoja o no sabe cómo lo perciben los demás, entonces busca la sabiduría de Dios.

Proverbios 2:3-6 “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”.

Una reacción apropiada a la ira consiste en expresar nuestros sentimientos con confianza, consideración y preocupación por el bienestar de la otra persona.

Proverbios 17:27 “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido”.

Una reacción inapropiada a la ira es dar rienda suelta a los pensamientos y sentimientos de tal manera, que provoca ira en los demás y comienza una pelea.

 

Analice las siguientes preguntas para saber si actúa o reacciona:

  • ¿Usa palabras diplomáticas y compasivas o sin tacto y condenatorias?
  • ¿Toma en cuenta la opinión del otro o sólo le interesa su propio punto de vista?
  • ¿Quiere ayudar al que lo hace enojar o castigarlo?
  • ¿Se fija primero en sus faltas o en las de los demás?
  • ¿Sus expectativas de los demás son reales o irreales?
  • ¿Su actitud es flexible y de cooperación o inflexible y no cooperas?
  • ¿Olvida pronto las injusticias o le cuesta trabajo perdonarlas?

Aunque una situación puede provocarnos ira, confiando en el Señor podemos responder de manera apropiada.

Colosenses 3:12 “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”.

 

¿Cuáles son los síntomas de la ira no resuelta?

El sentimiento del enojo no es un problema, pero puede serlo si no se resuelve. La ira prolongada aviva la llama de la amargura y la falta de perdón. Una manera en que podemos albergar ira es rehusándonos a enfrentar nuestras emociones de manera saludable.

La ira no resuelta provoca daño físico, emocional y espiritual y un abismo entre nosotros y Dios. Observe lo que dijo Jesús:

Mateo 5:22 “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio”.

La ira no resuelta puede producir algunos de los siguientes síntomas:

Síntomas físicos:

Alta presión arterial, dolores de cabeza, enfermedades cardíacas, visión empañada, desórdenes estomacales, insomnio, problemas intestinales, hambre compulsiva.

Síntomas emocionales:

Ansiedad, temor, amargura, inseguridad, compulsiones, fobias, depresión, preocupación.

Síntomas espirituales:

  • Pérdida de la perspectiva: hace que las emociones distorsionen los pensamientos.
  • Pérdida de visión: pierde el sentido de propósito en la vida.
  • Pérdida de sensibilidad: no escucha la voz del Espíritu de Dios que habla a su corazón.
  • Pérdida de energía: pierde la fuerza para servir a Dios y a los demás.
  • Pérdida de libertad: se convierte en esclavo de las circunstancias.
  • Pérdida de confianza: se siente inseguro de cómo actuar.
  • Pérdida de fe: carece de confianza en que Dios está obrando en su vida.
  • Pérdida de identidad: se hace igual al ofensor.

La ira no resuelta provoca amargura y la Biblia relaciona la amargura con estar esclavizados al pecado.

Hechos 8:23 “Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás”.

 

¿Está albergando ira?

Mucha gente vive sin darse cuenta de que ha estado escondiendo su ira, pero en ocasiones sale a la luz. La ira escondida proviene de heridas recibidas en la niñez, pero sus efectos siempre salen a flote. Por ejemplo, cuando alguien comete un error inofensivo, la magnitud de la ira es desproporcionada.

Si ha estado tratando de esconder su enojo, puede encontrarse en uno de dos extremos: sentirte hostil o sin esperanza por experimentar esos sentimientos. La Biblia expresa:

Salmos 19:12 “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos”.

 

Claves para reconocer la ira escondida

  • ¿Se irrita por pequeñeces?
  • ¿Sonríe por fuera cuando se duele por dentro?
  • ¿Trata de encontrar su identidad y valor en el trabajo?
  • ¿Niega que en ocasiones sea impaciente?
  • ¿Siempre tiene que decir la última palabra?
  • ¿La gente más cercana dice que culpa a los demás?
  • ¿Se siente desmotivado?
  • ¿Se fatiga con facilidad?
  • ¿Ha perdido interés en la vida?
  • ¿Se frustra con facilidad?

Si reconoce que hay ira no resuelta en su vida siga las instrucciones de Dios:

Colosenses 3:8 “Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca”.

La ira, la cual puede ir de menor a mayor grado, dependiendo si la controlamos, o ¡ella nos controla a nosotros!

¿Qué debo hacer cuando siento que mi enojo se está saliendo de control?

Cuando sienta que la razón y el dominio propio están dando paso a un comportamiento irracional y descontrolado, ponga freno y pida tregua. Es posible que no cambie el rumbo de la conversación, pero ésta continuará su escalada a menos que usted haga algo para evitar que empeore.

  • Deténgase y respire profundamente.
  • Levante las manos en señal de que se “rinde” en ese momento y que quiere poner un alto a la situación que se ha desencadenado.
  • Confiese que se está enojando más y más y que así no puede pensar con claridad porque la conversación no llevará a nada positivo y parece que no se está resolviendo nada.
  • Explique qué quiere calmarse y esperar a que se enfríen las cosas dando una caminata alrededor de la cuadra, escuchando música, bañándose o haciendo cualquier cosa que le ayude a recuperar el control.
  • Si fuera posible, llegue a un acuerdo de reunirse después para seguir la conversación.

Si llega el momento en que parece imposible un acuerdo:

  • Pónganse de acuerdo en que pueden tener opiniones diferentes acerca de ese tema en particular, pero que no debe ser obstáculo para seguir teniendo una buena relación.
  • Recuerde que si dos personas siempre están de acuerdo en todo, su relación corre el riesgo de estancarse y no crecer.
  • Decida entablar conversaciones estimulantes en las que se puedan expresar las opiniones diversas para desarrollar la habilidad de escuchar, aprender de los demás, cuestionar sus propias opiniones y expresar su opinión ante los demás de manera clara y concisa.

Proverbios 18:2 “No toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su corazón se descubra.

Romanos 14:1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones”.

Sección III

Características de la Ira

  1. ¿Cómo considera usted que debemos actuar o reaccionar cuando nos enojamos?
  2. ¿Ha idenficado algunas claves para reconocer si tiene ira escondida?
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