Ira Capítulo 3: Causas de la Ira

Sección I

Sección II

Referencias bíblicas: Citas bíblicas tomadas de la Reina-Valera 1960.

 

Causas de la ira

Siguiendo con el ejemplo de Moisés, sabemos que Dios le encomendó su pueblo para sacarlo de Egipto, pero el pueblo le dio la espalda al Señor, fundió un becerro de oro, y comenzó a adorarlo. Imagine entonces como se sintió Moisés mientras estaba en lo alto del monte en presencia del Altísimo.

Sonrojado por la ira, Moisés descendió para intervenir en esa situación.

Éxodo 32:19 “Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte”.

Moisés reaccionó porque estaba lleno de temor. Tenía miedo de que la ira justa de Dios contra su pueblo desobediente les acarreara la destrucción.

Hebreos 12:28-29 “…tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;  porque nuestro Dios es fuego consumidor”.

 

¿Cuáles son los cuatro orígenes de la ira?

Los incendios pueden surgir y alimentarse por alguna de estas cuatro fuentes: petróleo, gas, lava abrasadora o metano (un gas muy inflamable). De manera similar, la ira puede comenzar y avivarse por alguna de las siguientes cuatro fuentes: Dolor, injusticia, temor o frustración. Entonces, la ira es un efecto de una o más de ellas.

Es muy doloroso tratar de analizar y desenterrar los sentimientos pasados. Parece más fácil seguir enojados que encontrar la verdadera causa del enojo, renunciar a nuestros “derechos” y seguir creciendo hasta llegar a la madurez cristiana. Debemos ser pacientes.

Santiago 1:4: “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.

Veamos cada una de las causas mencionadas.

  1. Dolor: El corazón ha sido herido.

Todos tenemos la necesidad íntima dada por Dios de recibir amor incondicional. Cuando nos rechazan o hieren, estallamos en ira, la cual es como un muro protector que impide el paso a las personas y evita más heridas.

Ejemplo bíblico: Los doce hijos de Jacob.

José era el hijo preferido de los doce hijos de Jacob. Debido al favoritismo del padre, los hijos mayores se enojaron y buscaron la manera de vengarse de su hermano menor.

Génesis 37:3-4 “Y amaba Israel Jacob a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente”.

  1. Injusticia: Nos enojamos cuando se viola alguno de nuestros derechos.

Todos tenemos un código moral interno que establece el sentido de lo que es correcto y justo y lo que no es. Cuando percibimos que se ha cometido una injusticia en nuestra contra o de los demás, nos enojamos (especialmente cuando se trata de alguien a quien amamos). Si nos aferramos a la ofensa, la ira sin resolver crecerá y se anidará en nuestro corazón.

Ejemplo bíblico: el Rey Saúl

El trato injusto que dio el Rey Saúl a David provocó la ira de Jonatán. Cuando este escuchó que su propio padre pronunciaba una sentencia de muerte contra su amado amigo David, él preguntó:

1 Samuel 20:32-34: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho? Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo a Jonatán; de donde entendió Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David. Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado”.

  1. Temor: Amenaza sobre nuestro futuro.

Todos fuimos creados por Dios con la necesidad íntima de vivir en seguridad. Cuando nos preocupamos, nos vemos amenazados o nos enojamos por el cambio de circunstancias, estamos respondiendo al temor. Un corazón amedrentado desconfía del plan perfecto de Dios para su vida.

Ejemplo bíblico: el rey Saúl

Saúl se enojó por los éxitos que David tuvo en el campo de batalla. Se sintió amenazado por su popularidad y tenía temor a perder su reino.

1 Samuel 18:5-15, 28-29 “…Y se enojó Saúl en gran manera… A David dieron diez miles, y a mí miles… Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl”.

  1. Frustración: Cuando nuestro desempeño no recibe aprobación, nos enojamos.

Todos tenemos la necesidad dada por Dios de ser reconocidos. Cuando nuestros esfuerzos personales no cumplen con nuestras expectativas o de los demás, se ve amenazada nuestra necesidad de sentirnos importantes. La frustración resultante por fallar al cumplir nuestras expectativas es una de las principales razones para sentir enojo.

Ejemplo bíblico: Caín

Caín y Abel trajeron a Dios distintas ofrendas, pero la de Caín obviamente fue inaceptable. Cuando sus esfuerzos personales fueron rechazados, se frustró tanto, que se llenó de ira, lo que provocó que asesinara a su propio hermano.

Génesis 4:3-5, 8 “… miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y…Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató”.

 

¿Qué puede provocar un cambio abrupto en la intensidad de la ira?

La manera de expresar la ira de una persona puede cambiar ligeramente en el transcurso del tiempo, pero pocas veces cambia abruptamente. Un cambio dramático sería inusual. Cuando un cambio mayor ocurre se debe a una causa mayor. Si no es normal que alguien se muestre impaciente, irritable o irascible, sepa que los cambios en el estado de ánimo y comportamiento pueden deberse a:

  • Uso de drogas (esteroides, cocaína)
  • Herida en la cabeza (en el deporte, caídas o accidente automovilístico)
  • Medicinas (algunos antidepresivos)
  • Deficiencias químicas (desequilibrio hormonal)
  • Algunas enfermedades (tumor cerebral, cáncer cerebral)
  • Trauma físico o emocional, o estrés (desorden de estrés post-traumático)

Los cambios repentinos de comportamiento son un llamado urgente a un examen minucioso para determinar cuál es la causa física, especialmente en el cerebro.

Proverbios 13:16 dice: “Todo hombre prudente procede con sabiduría, mas el necio manifestará necedad”.

Sin duda, la ira puede ser muy negativa, pero en ocasiones puede ser un aviso de que algunas de nuestras necesidades no están siendo cubiertas o que hay asuntos del pasado que no hemos resuelto.

¿Qué espera Dios de mí en cuanto a la ira inapropiada?

Dios quiere que examinemos la verdadera fuente de nuestra ira. ¿Se trata de una herida, injusticia, temor o frustración, o una combinación de dos o más? Luego debemos evaluar si estamos utilizando la ira para tratar de llenar alguna de nuestras necesidades íntimas de amor, reconocimiento o seguridad.

  • Herida: ¿Ha sido herido por el rechazo de alguien o por sus palabras hirientes? Si ése es el caso, evalúe si está usando la ira para intimidar o coaccionar a alguien para retenerlo en la relación con usted.
  • Injusticia: ¿Ha sufrido una injusticia real o percibida? Si así fuera, evalúe si está usando palabras llenas de ira y condenatorias para provocar que alguien se sienta culpable y obligado con usted de alguna manera.
  • Temor: ¿Ha sucedido algo que le produjo temor? Si es así, evalúe si está utilizando la ira para dominar y controlar a alguien para salirse con la suya
  • Frustración: ¿Siente frustración por causa de alguna expectativa no realizada? Si ese es el caso, evalúe si está utilizando amenazas airadas y palabras vergonzosas para manipular a alguien para que cumpla sus demandas.

Cuando examine su corazón decida no usar la ira para tratar de suplir sus necesidades. Más bien, arrepiéntase y dependa más profundamente del Señor, quien es el único que puede suplir nuestras necesidades.

Isaías 58:11 “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”.

Sección III

Causas de la ira

  1. Conociendo las cuatro fuentes de la ira: dolor, injusticia, temor o frustración, ¿Considera usted que alguna tiene mayor efecto o que causa más daño que otra? Explique
  2. ¿Cómo se podría ayudar a alguien que muestra cambios bruscos de comportamiento?

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