Ira Capítulo 6: Resuelva la Ira del Pasado

Sección I

Sección II

Referencias bíblicas: Citas bíblicas tomadas de la Reina-Valera 1960

 

Resuelva la ira del pasado

La ira no resuelta es como un tizón de carbón que arde provocando profundas heridas en su relación con Dios y con los demás. Esta poderosa emoción nos roba la paz y el contentamiento de espíritu.

Salmos 73:21-22 “Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas, tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti”.

 

Cómo resolver la ira del pasado

  • Reconozca su ira descontrolada
  • Acepte que tal vez tiene ira que no ha resuelto.
  • Pida a Dios que le revele la causa de la ira escondida en su corazón.
  • Determine la causa principal de su ira pasada.
  • Hable de su ira con Dios y con un amigo o consejero.

Salmos 38:18 “Por tanto, confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado”.

 

  • Repase sus sentimientos básicos
  • ¿Alguna vez fue herido (rechazado, traicionado, no amado o ignorado)?
  • ¿Alguna vez fue tratado injustamente (engañado, afectado, objeto de malicia, o atacado)?
  • ¿Alguna vez tuvo miedo (se sintió amenazado, inseguro, fuera de control o indefenso)?
  • ¿Alguna vez ha estado frustrado (sintiéndose fuera de lugar, inferior, obstaculizado, manipulado)?

Salmos 139:23-24 “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”.

 

  • Reciba el amor de Dios
  • Medite y memorice versículos que hablen del amor de Dios por usted:

Jeremías 31:3; Salmos 32:10; Lamentaciones 3:22-23; Salmos 89:1; Salmos 13:5-6 Salmos 103:17

  • Lea cinco Salmos diariamente por un mes.
  • Descanse en la aceptación de Dios por usted y deje de buscarla de los demás.
  • Confíe en el Señor para que llene sus necesidades íntimas de amor, reconocimiento y seguridad.

1 Juan 3:1 “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”.

 

  • Renuncie a sus derechos
  • Confiese que es pecado la ira acumulada en su corazón.
  • Entregue al Señor sus deseos de venganza.
  • Renuncie a su derecho de seguir aferrándose a las heridas del pasado y entrégueselas a Dios.
  • Pida al Señor que obre en la vida de quienes lo han herido y que cambie sus sentimientos hacia ellos.
  • Deposite a quien lo hirió en las manos del Todopoderoso, y ¡perdónelo como él lo hizo con usted!

Colosenses 3:13 “Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.

 

  • Regocíjese en el propósito de Dios
  • Agradezca a Dios por la manera en qué él usará esta prueba en su vida.
  • Acepte que el Señor usará para bien esta prueba en su vida y en la de los demás, cuando usted resuelva la ira pasada.
  • Alabe al Altísimo porque él quiere usar todas las circunstancias de su vida para desarrollar en usted el carácter de Cristo y para hacerlo más fuerte, firme y perseverante.

1 Pedro 5:10 “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”.

 

  • Restaure la relación. . .cuando sea conveniente

Aun si la reconciliación no es recomendable (después de un adulterio o si se trata de alguien que no se ha arrepentido de un abuso cometido contra usted) o que no sea posible (por causa de la muerte), usted siempre debe confesar su propio pecado.

  • Reconozca que cuando alguien peca en su contra y usted se aferra a la ira o se niega a reconciliarse con esa persona, usted también está pecando contra Dios y contra esa persona.
  • Confiese al Padre celestial la ira que alberga en su corazón y pídale perdón al ofensor por haberse negado a buscar la reconciliación.
  • Escriba primero su confesión para utilizar las palabras correctas: “Me he dado cuenta de que me equivoqué al seguir enojado contigo y no permitir que Dios restaure nuestra relación. Lo siento mucho. ¿Me perdonas?”
  • Asegúrese de no hacer la confesión con enojo o recriminaciones.

Mateo 5:21-24 “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio. . . Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”.

 

  • Refleje el amor de Cristo
  • Procure reflejar conscientemente el amor de Dios hacia la persona que lo hizo enojar.
  • Ore de todo corazón:

“Dios, ayúdame a someterme a tu control. Señor, deseo que tú me dirijas. Refleja tus actitudes en mis acciones y guía mis palabras para que expresen amor genuino”.


Juan 13:34-35 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

 

Erradica la ira de la niñez

Mucha gente piensa que al llegar a la edad adulta, el dolor de la niñez desaparece y no le afecta más. Pero eso no sucede a menos que identifiquemos las heridas que sufrimos en la niñez y las resolvamos.

Dios no quiere que almacenemos las cosas malas que nos pasaron en un arsenal de ira. Más bien él quiere que seamos como una bodega en la cual no haya frutos malos, sino buen fruto.

Mateo 12:35 “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas”.

 

Cómo resolver la ira arraigada por las heridas sufridas en la niñez

  • La próxima vez que la ira invada su corazón o que estalle en un llanto incontrolable, hágase las siguientes preguntas:
  • ¿Me siento herido?

Ejemplo: Nadie acepta mis ideas.

  • ¿Alguna vez sentí esto cuando era niño?

Ejemplo: Cuando mi padre no se sentía orgulloso de mí porque yo no era un buen atleta, me sentía herido.

  • ¿Cómo me sentí cuando mi padre dijo que quería que su hijo fuera buen atleta?

Ejemplo: Me sentí profundamente rechazado.

  • Enfrente la ira que alberga en su corazón por causa del dolor que sintió cuando fue rechazado por su padre.
  • Pida a Dios que le revele cualquier herida oculta de su niñez.
  • Pida a los miembros de su familia y amigos cercanos que estén atentos a cualquier situación que le haga sentirse herido y que lo haga enojar.
  • Reconozca que su ira prolongada y no resuelta es pecado, aunque piense que está justificada.
  • Asuma la responsabilidad de enfrentar las heridas que haya sufrido en su niñez.
  • Someta las experiencias de dolor en su niñez a Dios, así como sus sentimientos.
  • Pida perdón a quienes haya ofendido.
  • Perdone y ore por aquellos que lo rechazaron.
  • Ore y pida a Dios que lo llene de amor incondicional hacia los demás.
  • Si en su corazón hay un anhelo de amor y aceptación, recuerde lo que dice la palabra de Dios para usted:
  • Salmos 66:20 “Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia”.
  • Salmos 32:10 “Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia”.
  • Salmos 36:7 “¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas”.
  • 1 Juan 4:9-10 “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”.

 

Cómo resolver la ira arraigada por las injusticias sufridas en la niñez

  • La próxima vez que sienta que la ira lo invade, hágase las siguientes preguntas:
  • ¿Estoy sintiendo que esto es una injusticia?

Ejemplo: A mi mejor amigo lo maltrataron y lo ignoraron.

  • ¿Alguna vez sentí esto mismo en mi niñez?

Ejemplo: Sí, mis padres preferían a mi hermano y a mí me ignoraban.

  • ¿Cómo me sentí cuando mis padres me trataron de esa manera?

Ejemplo: Sentí ira contra mis padres y llegué a la conclusión de que la vida es injusta.

  • Enfrente su ira pasada y comience a ver cómo su ira presente está relacionada con la ira no resuelta de su niñez.
  • Pídale a Dios que le revele cualquier sentimiento no resuelto por las injusticias que usted vivió cuando era niño.
  • Pida a los miembros de su familia y amigos que le digan cómo saben que usted está enojado.
  • Reconozca que puede dirigir sus sentimientos de injusticia al Señor.
  • Asuma su responsabilidad por su enojo.
  • Entregue su ira a Dios y reemplácela con la paz divina.
  • Pida perdón a quien usted haya ofendido con su ira.
  • Perdone y ore por los que han actuado injustamente con usted.

 

Cómo resolver la ira arraigada en el temor que experimentó en su niñez

  • La próxima vez que se sienta amenazado o se enoje por un cambio en las circunstancias de su vida, pregúntese:
  • ¿Estoy temiendo por mi futuro?
  • Ejemplo: He perdido mi trabajo, y no sé cómo voy a sostener a mi familia.
  • ¿Alguna vez sentí esto mismo durante mi niñez?
  • Ejemplo: Cuando mis padres murieron y me enviaron a vivir con mi abuela, sentí temor.
  • ¿Cómo me sentí al quedar huérfano de padres?
  • Ejemplo: Me sentí muy enojado porque todos los demás niños tenían padre y madre que los protegieran y proveyeran para asegurar su futuro.
  • Enfrente su ira contra Dios por haberse llevado a sus padres y haberlo dejado con el temor de un futuro incierto.
  • Si tiene dificultad para recordar sus sentimientos de temor en la niñez, pídale a Dios que traiga a su memoria lo que sucedió.
  • Pregunte a su familia actual y a sus amigos si han notado momentos en los que haya usted expresado contrariedad o sentimientos de inseguridad.
  • Sea totalmente honesto consigo mismo y pida a Dios que le revele en qué áreas tiende a depositar su confianza:
  • ¿Es en la riqueza económica?
  • ¿Es en los lazos estrechos con su familia?
  • ¿Es en una buena instrucción académica?
  • ¿Es en sus logros?
  • ¿Es en lo que los demás opinan de usted?
  • Reconozca que depositar su confianza en cualquier otra cosa que no sea Dios, provoca ira contra él cuando sus ídolos de “seguridad” fallan.
  • Pida a Dios que lo perdone por no haber confiado en él.
  • Aprenda a colocar su confianza y seguridad solamente en el Señor.
  • Memorice versículos que le afirmen la fidelidad divina.
  • Comience a cultivar un corazón agradecido por todas las cosas que el Padre celestial provee y dé gracias todos los días por su provisión generosa.
  • Si su corazón anhela tener seguridad, recuerde:
  • Salmos 112:7-8 “No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, hasta que vea en sus enemigos su deseo”.
  • Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
  • Proverbios 3:26 “Porque Jehová será tu confianza, y él preservará tu pie de quedar preso”.
  • Romanos 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción”.

 

Cómo resolver la ira arraigada en la frustración que sintió en su niñez

  • La próxima vez que sienta enojo cuando rechazan su esfuerzo personal, hágase las siguientes preguntas:
  • ¿Me siento frustrado?

Ejemplo: Mi socio dijo algo negativo acerca del discurso que di en una reunión de negocios.

  • ¿Sentí esto mismo cuando era niño?

Ejemplo: Cuando mis padres querían que me comportara perfectamente y que no expresara mis verdaderos sentimientos, me sentía frustrado.

  • ¿Cómo me sentía cuando mis padres tenían esas expectativas de mí?

Ejemplo: Sentía que no me aceptaban porque mi conducta no siempre era aceptable.

  • Enfrente su frustración y reconozca que el hecho de no conformarse a sus propios estándares o los de los demás indica que su aceptación está basada en las obras y ésta puede ser una fuente de mucha ira.
    • Pida a Dios que le revele cualquier ira enterrada que haya guardado contra sus padres u otras personas del pasado que lo aceptaban dependiendo de su conducta.
    • Hágase las preguntas:
  • “¿Me he impuesto metas irreales?”
  • “¿Tiendo a enterrar mi enojo?”
  • “¿Tengo la necesidad de controlar a la gente y las circunstancias?”
  • “¿Me constituyo en guarda de los demás?”
  • “¿Soy perfeccionista?”
  • “¿Postergo mis deberes?”
  • “¿Soy alguien que siempre busca agradar a los demás?”
  • “¿Soy adicto al trabajo?”
  • Pida a su familia y amigos cercanos que le digan cómo saben cuándo usted está frustrado.
  • Entienda que la frustración es una palabra benévola para referirse a la ira que daña profundamente la auto-estima y el anhelo de recibir reconocimiento.
  • Acepte que se requiere de un compromiso serio y un gran esfuerzo para sacar a luz las frustraciones enterradas profundamente en nuestro corazón.
  • Entienda que usted nunca puede hacer nada para ganarse el amor de Dios, pues él lo ama sin condiciones.
  • Permítase estar enojado y pida al Señor que le dé el valor de expresar su ira en maneras aceptables.
  • Entregue su ira al Omnipotente y apóyese en la suficiencia de su amor para afirmar su propio valor.
  • Si se siente frustrado con la vida, recuerde:
  • Proverbios 21:3 “Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio”.
  • Gálatas 1:10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.
  • Salmos 139:23-24 “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”.
  • Lamentaciones 3:22-23 “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”.
  • Gálatas 1:10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.

Acepte el propósito de Dios para la ira

Los bomberos forestales que cuidan y protegen los bosques dicen que ocasionalmente deben “iniciar un fuego para apagar otro”. A veces Dios obra para nuestro bien en forma parecida. Efesios 4:26 dice: “Airaos, pero no pequéis”. Por tanto, el Señor puede usar la ira para hacerle entender que él puede usarla con propósitos positivos. Por ejemplo, él podría usar el enojo para llamar su atención a un problema espiritual que necesita ser sofocado.

El Creador permite que nos vengan problemas frustrantes para probar nuestra fe y desarrollar la paciencia que se necesita para mantener esa fe.

Santiago 1:2-3 “Hermanos, míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.

Cuando permite a Dios que dirija su ira y la use para lograr sus propósitos, recuerde que:

  • La ira puede ser usada para hacer cambios positivos en su vida.
  • La ira le permite analizar sus heridas del pasado.
  • La ira saca a flote sus verdaderos sentimientos.
  • La ira es una forma incorrecta de satisfacer sus necesidades.
  • La ira le ayuda a darse cuenta de que necesita al Señor.
  • La ira pone de manifiesto su necesidad de poner límites saludables.
  • La ira, cuando se expresa correctamente, puede producir más intimidad en sus relaciones.
  • La ira es la base sobre la cual se construye el perdón.
  • La ira que se manifiesta correctamente es usada por el Señor para convencer a otros de sus pecados.
  • La ira, cuando se maneja correctamente, puede ser un instrumento en manos de Dios.

Cuando permite al Padre celestial usar la ira para su bien, usted será testimonio positivo para los demás y glorificará a Dios.

Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

Sección III

Resuelva la ira del pasado

  1. ¿Por qué cree que el no resolver la ira del pasado puede afectar tanto nuestra vida y la de otros?
  2. ¿En qué formas nosotros nos podemos justificar a nosotros mismos para permanecer enojados?
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