Perdón Capítulo 4: Características de un Corazón Perdonador

Sección I

Sección II

Referencias bíblicas: Citas bíblicas tomadas de la Reina-Valera 1960.

Cómo es un corazón perdonador

Cuando el Espíritu de Cristo está enraizado en nuestro ser, él produce en nosotros un carácter semejante al de él. En el momento en que decidimos entregar nuestra vida a Jesús, somos «sellados» con el Espíritu Santo quien viene a morar en nuestro corazón por el resto de nuestra vida. (Vea Efesios 1:13-14).

Así como un naranjo produce naranjas y uno de plátanos, plátanos, el Espíritu de Cristo produce el carácter de Cristo en el cristiano. Por lo tanto, la próxima vez que reciba una ofensa permítale al Espíritu Santo la libertad de producir el fruto de perdón en usted.

Gálatas 5:22–23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”.

 

El corazón perdonador es… El corazón perdonador tiene…
•     Amoroso—no guarda rencor por las cosas malas que el ofensor le ha hecho •     Un espíritu de amor, permite la posibilidad de que el ofensor pueda cambiar
1 Pedro 4:8
“Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.
•     Gozoso—Hace suya la bondad de Dios y su soberanía sobre todos los acontecimientos de su vida, incluso los más dolorosos •     Una actitud de gozo sabiendo que Dios usará las pruebas para darle victoria
Filipenses 1:18–19
“En esto me gozo . . . porque sé que por . . . la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación”
•     Pacífico—trata de resolver cualquier dificultad, dolor o división y desea que el ofensor tenga una buena relación con Dios y reciba su bendición •     Una conducta pacífica que baja la guardia ante el ofensor y tiende puentes hacia la reconciliación
Santiago 3:18
“Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz”.
•     Paciente—acepta que el ofensor tiene remedio y podría cambiar •     Un compromiso hacia la paciencia para esperar el momento adecuado de tratar con las dificultades y el tiempo oportuno para hablar de ellas
1 Corintios 13:4
 “El amor es sufrido”.
•     Benigno—buscando maneras prácticas para expresar actos de bondad y para suplir alguna necesidad •     Una obra benigna a favor del ofensor que es inesperada, que no la podía prever y que no sabía que la recibiría
Proverbios 11:17
“A su alma hace bien el hombre misericordioso; Mas el cruel se atormenta a sí mismo”.
•     Bueno— todavía exhibe sus principios morales y su pureza en medio de la controversia •     Un corazón bueno, que refleja el más alto estándar moral—el carácter de Cristo
1 Pedro 3:15–16
 “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo”.
•     Fiel—ora por los que lo han lastimado para que sus vidas sean transformadas •     Un compromiso fiel de orar por quienes lo han herido
Romanos 12:12
 “Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración”.
•     Manso—pues toma en cuenta las propias heridas del ofensor y responde a su aspereza con gentileza y calma •     Una respuesta gentil, que comprende que por lo regular las “personas heridas hieren a la gente”
Proverbios 15:1
“La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor”.
•     Templado—decide de antemano cómo responder cuando el conflicto aflora •     Una respuesta controlada que se asemeja a Cristo de tal manera que no importa lo que se diga o haga, tiene una actitud positiva hacia el ofensor
1 Pedro 1:13
“Ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios”.

 

El costo de no perdonar versus la gran recompensa del perdón

Tener un espíritu no perdonador es como cargar un costal de cemento todo el día. Si nos negamos a perdonar en nuestro corazón, llevamos un peso que Dios no desea que llevemos a cuestas. La falta de perdón se convierte en una pesada carga y Jesús dice:

Mateo 11:28 «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.

La falta de perdón bloquea la puerta a la salvación y al perdón de Dios.

-El perdón abre la puerta hacia la salvación y al perdón de Dios.

Mateo 6:14–15 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas». 

La falta de perdón propicia el crecimiento de una raíz de amargura.

-El perdón impide que crezca una raíz de amargura.

Hebreos 12:15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.

La falta de perdón abre la puerta para que Satanás entre a nuestras vidas.

-El perdón le cierra la puerta a Satanás para que no entre en nuestras vidas.

2 Corintios 2:10–11 “Si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones».

La falta de perdón nos hace caminar en la oscuridad y tinieblas.

-El perdón nos saca a la luz.

1 Juan 2:9–11 “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. . . el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos».

La falta de perdón proviene de Satanás.

-El perdón es de Dios.

Santiago 3:14–15 “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón. . . esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica».

La falta de perdón evidencia un corazón sin Dios.

-El perdón es evidencia de un corazón piadoso.

Job 36:13 “Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira”.

La falta de perdón nos hace esclavos del pecado.

– El perdón nos libera.

Hechos 8:23 “Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás».

La falta de perdón entristece al Espíritu de Dios…

-El perdón está fortalecido por el Espíritu de Dios.

Efesios 4:30–31 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia».

¿Cómo sé que ya he perdonado sinceramente?

Después de que alguien le ha ofendido, usted puede poner a prueba la “calidad” de su perdón por medio de las siguientes preguntas:

  • “¿Sigo esperando que el ofensor “pague” por el mal que me hizo?”
  • “¿Todavía albergo amargura contra mi ofensor?”
  • “¿Sigo teniendo pensamientos de venganza contra mi ofensor?”

El hecho de perdonar a alguien no significa de ninguna manera que usted no desee que se haga justicia, sino que dejará la ofensa y al ofensor en manos de Dios. Usted se niega a albergar odio hacia el ofensor.

Recuerde, el perdón es un proceso que requiere que usted tome la decisión de perdonar cada vez que la ofensa venga a su mente. . . y usted decide orar por el ofensor cada vez que recuerda la ofensa.

1 Samuel 12:23 “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto”.

Sección III

Características de un Corazón Perdonador

  1. ¿Cuál es el fruto que el Espíritu Santo produce en el corazón de la persona cuando decide aceptar al Señor Jesucristo en su vida?
  2. ¿Cuál es la mayor recompensa del perdón para usted?
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