Valor Personal Capítulo 4: Sustitutos del Valor Personal

Sección I

Sección II

Sustitutos del valor personal

Siguiendo con el ejemplo de Dorie se sentía impotente por causa de las golpizas injustificadas del orfanatorio, aprendió a imponerse sobre los demás niños y de ahí procedía su poder. Éste le daba un sentido de propósito y de valor personal. “Si puedo ser fuerte”, pensaba, “puedo sobrevivir”.

Ella comentó lo siguiente: “Solía molestar a los demás niños a escondidas. Los empujaba. Los arrastraba. Les pegaba. Si un niño no me dejaba ver su juguete, se lo arrebataba. Los demás no me pegaban, pero yo sí les pegaba y me sentía bien cuando lo hacía”.

Toda esa falsa agresividad era un sustituto de su valor personal. Era una solución que en realidad no solucionaba nada.

Si padece de baja auto-estima, quizá busque maneras de negar, disfrazar o disminuir su dolor emocional. La gente puede lidiar con sus heridas en maneras diferentes, pero muchas no sanan. Más bien, engañan, son como una venda que cubre la herida, pero no las cura.

El problema con los “sustitutos del valor personal” es que no tratan la causa del dolor, que procede de las creencias erróneas que se anidan en el corazón y la mente. La verdadera solución a la baja auto-estima es aplicar el bálsamo terapéutico de la verdad sobre la herida interior para que la mente sea renovada y su vida transformada. Por lo tanto, tenga cuidado con los sustitutos terrenales que en última instancia no satisfacen.

1 Juan 2:15–17 (NTV)
“No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre”.

Hagamos un examen interior y evaluemos si está sufriendo por una baja auto-estima. Con esto sabremos si está buscando un sustituto para compensar el déficit emocional.

 

Sustitutos emocionales

Si está sufriendo por una baja auto-estima y piensa que está buscando un sustituto para compensar el déficit emocional, escriba una marca (√) al lado de la declaración que se aplica a usted.

  1. Me dejo impresionar por símbolos que dan estatus.
  2. Soy demasiado competitivo(a)
  3. Busco el favor de la gente importante.
  4. Me esfuerzo por recibir el reconocimiento de los demás.
  5. Soy perfeccionista pues trato de ganar la aprobación de los otros.
  6. Soy adicto(a) a ciertas sustancias, al sexo, a la comida.
  7. Gasto más de lo que gano.
  8. Me enojo en ocasiones con tal de obtener mis metas.
  9. Gasto demasiado.
  10. Me obsesiona obtener ciertas cosas.
  11. Insisto en salirme con la mía.

Si está luchando con alguno de estos sustitutos, hágase la pregunta:

Marcos 8:36 (RVR 1960)
“¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”

 

Saboteadores espirituales

En el orfanatorio Dorie siempre escuchaba que Dios era áspero y castigador, nunca oía nada acerca de su amor.

A menudo, los que tienen puntos de vista distorsionados de sí mismos, también los tienen de Dios. Cuando la gente se siente indigna del amor, respeto y aprobación de los demás, también se siente indigna del amor, respeto y aprobación de Dios. Sus creencias equivocadas les llevan a conclusiones erróneas acerca del Señor. Esas creencias equivocadas acerca de él sabotean cualquier relación con él y exterminan toda esperanza de sentirse valorados y usados por el Señor.

Proverbios 14:12 (RVR 1960)
“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”.

 

Prueba

Si padece de baja auto-estima y se preocupa por su relación con Dios, escriba una marca (√) al lado de la oración que se aplique a usted.

  1. Dificultad para sentirme aceptado(a) por Dios.
  2. Dificultad para reconocer mi culpa ante Dios.
  3. Dificultad para perdonar a Dios.
  4. Dificultad para confiar en Dios.
  5. Dificultad para aceptar el perdón de Dios.
  6. Dificultad para vivir en la gracia de Dios.
  7. Dificultad para sentirme amado(a) por Dios.
  8. Dificultad para sentirme querido(a) por Dios.
  9. Dificultad para pensar que Dios tiene un plan para mi vida.

Si está luchando espiritualmente, cuestionando la realidad y el papel de Dios en su vida, necesita saber que:

Salmos 34:18 (NTV)
“El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado”.

¿Cómo puedo saber cuándo debo sentir culpabilidad por algo que no hice bien y no dejar que eso afecte el valor que realmente tengo?

Apocalipsis 12:10 (RVR 1960)
“Ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche”.

El luchar por tanto tiempo contra la culpabilidad puede afectar terriblemente su sentido de valor y dejarle una sensación de desilusión, desánimo y desesperanza. El problema con la culpabilidad es que ostenta dos caras, una real y otra falsa.

  • La culpabilidad falsa es la manera en que Satanás lo avergüenza, lo condena y produce un desánimo paralizador en usted. La tristeza del mundo producida por la culpabilidad falsa lo lleva a la depresión, desesperanza y muerte.
  • La culpabilidad verdadera es la manera en que Dios lo convence, lo corrige y lo conforma a la imagen de Cristo para que pueda reflejar su carácter más y más cada día. La tristeza piadosa por causa de una culpabilidad verdadera lo mueve al arrepentimiento, perdón y libertad.

Identifique si la culpa es falsa o verdadera

2 Corintios 7:10 (RVR 1960)
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”.

  • La culpabilidad falsa surge cuando se culpa a sí mismo aunque no haya cometido nada
    malo, o cuando continúa culpándose aunque ha confesado su pecado y apartado de él.
    Esta culpabilidad no se resuelve por medio de la confesión porque no se basa en el pecado,
    sino en las acusaciones falsas de su mente que tienen como objetivo hacerle sentir que Dios
    no lo(a) perdona ni lo(a) puede aceptar.
  • La culpabilidad falsa puede solucionarse pidiendo a cristianos maduros, sabios y objetivos que le ayuden a determinar si la culpabilidad que siente es falsa o no. Si así fuera, tiene que recordarse a sí mismo(a) (y a su adversario) dos cosas: (1) que usted no es culpable o (2) que sí lo fue, pero que ha recibido el perdón de Dios. Dios nos da esta certeza en:
    Romanos 8:1 (RVR 1960)
    “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”.

 

  • La culpabilidad verdadera se refiere al hecho de que ha fallado. Esta clase de culpa requiere el castigo por el pecado para restaurar la comunión con Dios y con los demás.
  • Dios perdona la culpabilidad verdadera cuando reconocemos que hemos pecado y se lo confesamos a él.

Ore así:
“Padre celestial, te confieso mi pecado de (…) y estoy dispuesto(a) a apartarme de él. Gracias por tu perdón. Confiaré en el poder de Cristo en mí para vencer en la tentación. Gracias por tu gracia y misericordia hacia mí. En el nombre de Jesús, Amén.

Cuando tratamos nuestra culpabilidad como Dios quiere, su palabra nos dice en:

Salmos 103:12 (RVR 1960)
“Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.

Sección III

Sustitutos del Valor Personal

  1. ¿Cómo satisface usted sus necesidades emocionales?
  2. ¿Qué idea tiene usted de Dios?

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